| Corría el 2020 y mientras el mundo se encerraba, Ferxxo abría su alma completica. En un momento donde muchos artistas apostaban por lo seguro, el paisa decidió soltar Ferxxo Vol.1: M.O.R. como si fuera una carta larguísima escrita a mano, con tachones, lágrimas secas y emojis de carita rota. El álbum no fue un hit inmediato, pero fue de esos que calan hondo y lento, como un mensaje de voz que uno escucha varias veces porque duele, pero duele bien, rico. Hoy, a cinco años de su lanzamiento, el disco sigue siendo un punto de quiebre, no solo en la carrera de Ferxxo, sino en la forma en que el reguetón expresa el despecho. Desde el título —M.O.R., siglas de “Mensajes On Repeat”— el concepto estaba clarísimo: este no era un álbum de fiesta, era un disco para llorar en la ducha con autotune. Ferxxo armó un tracklist lleno de confesiones, beats minimalistas, y una estética sonora que mezclaba trap latino con reguetón clásico, sin miedo a sonar vulnerable. No era el Ferxxo de los coros pegajosos y los feats de lujo; era el Ferxxo que se acababa de enamorar mal y que no sabía cómo carajos soltar eso. El impacto fue tal que el disco puso a Feid en el mapa global sin necesidad de grandes campañas. Lo suyo fue orgánico: boca a boca, story a story. Con una estética visual consistente —verde neón, tipografía rota, lo-fi vibes— y letras que parecían salidas del WhatsApp, Ferxxo no solo encontró su voz, sino que definió una estética completa. El Ferxxo pasó de ser un compositor respetado a un fenómeno pop con discurso propio. Hoy, el legado de Ferxxo Vol.1: M.O.R. es evidente. El M.O.R. fue un antes y un después. Un testimonio de cómo el reguetón también puede ser catarsis, cómo se puede perrear desde el corazón roto. Porque si algo nos enseñó el Ferxxo en este álbum, es que a veces, los mensajes que más duelen… son los que uno pone en repeat. |
